domingo, 20 de febrero de 2011


EL NIÑO DE LA NOCHE

Riéndose, burlándose con claridad del día,
se hundió en la noche el niño que quise ser dos veces.
No quise más la luz. ¿Para qué? No saldría
más de aquellos silencios y aquellas lobregueces.

Quise ser... ¿Para qué?... Quise llegar gozoso
al centro de la esfera de todo lo que existe.
Quise llevar la risa como lo más hermoso.
He muerto sonriendo serenamente triste.

Niño dos veces niño: tres veces venidero.
Vuelve a rodar por ese mundo opaco del vientre.
Atrás, amor. Atrás, niño, porque no quiero
salir donde la luz su gran tristeza encuentre.

Regreso al aire plástico que alentó mi inconsciencia.
Vuelvo a rodar, consciente del sueño que me cubre.
En una sensitiva sombra de transparencia,
en un íntimo espacio rodar de octubre a octubre.

Vientre: carne central de todo lo existente.
Bóveda eternamente si azul, si roja, oscura.
Noche final en cuya profundidad se siente
la voz de las raíces y el soplo de la altura.

Bajo tu piel avanzo, y es sangre la distancia.
Mi cuerpo en una densa constelación gravita.
El universo agolpa su errante resonancia
allí, donde la historia del hombre ha sido escrita.

Mirar, y ver en torno la soledad, el monte,
el mar, por la ventana de un corazón entero
que ayer se acongojaba de no ser horizonte
abierto a un mundo menos mudable y pasajero.

Acumular la piedra y el niño para nada:
para vivir sin alas y oscuramente un día.
Pirámide de sal temible y limitada,
sin fuego ni frescura. No. Vuelve, vida mía.

Mas, algo me ha empujado desesperadamente.
Caigo en la madrugada del tiempo, del pasado.
Me arrojan de la noche. Y ante la luz hiriente
vuelvo a llorar desnudo, como siempre he llorado.


Poema de Miguel Hernández
 
COMENTARIO DEL ESTUDIANTE
El niño de la noche, me parece ser que es un bebe que estuvo durante un tiempo en el vientre de su madre, con ganas de salir a reír y llevar a alegrías a sus padres, pero por algún motivo que se desconoce no pudo llegar a concebirse. De tal manera que murió antes de su nacimiento y nuevamente fue un ser, un alma, un espíritu que fue enviado al lugar celeste, en espera de poder ver a través de un corazón que no sea el de él. 
La oportunidad llega una vez más y el momento de angustia y espera da inicio nuevamente, se dice  de angustia por que el vientre le parece que es demasiado solo, frió, en donde no puede ver nada mas que oscuridad.
Pero la espera  ahora es completa ya que puede escuchar por primera vez el sonido de su llanto.   

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